¿Qué es la bancarización? Una de las definiciones más aceptada dice que “es el grado y nivel de utilización que las personas hacen de los productos financieros dentro de una economía”. Los principales y de mayor utilización son las cuentas corrientes y de ahorro, las tarjetas de crédito, los préstamos y en general cualquier producto o servicio que ofrezcan las entidades financieras.
Es importante resaltar que aunque existe en parte de nuestro país cierta aversión a estar vinculados a la banca, ya sea por la obligación de pagar el gravamen a los movimientos financieros (4 x 1000), o por la huella que se deja para que la Dian requiera a las personas por sus movimientos, o debido a motivos culturales y/o geográficos, estamos lejos de tener altos índices de bancarización; más aún si nos reconocemos como una sociedad que considera el efectivo como imprescindible y lejos de entrar en desuso.
En una economía globalizada, como en la que vivimos, es importante contar con medios de pago que permitan acceder a la gran variedad de artículos que se encuentran en el mercado y algo más importante es que en la actualidad las personas que no utilizan el sector financiero han comenzado a tener diferentes alternativas que pueden suplir el estar vinculado a alguna entidad financiera. Es por eso que vemos cómo aumentan las redes de pagos, las compañías dedicadas a giros o remesas y también entidades que, en forma innovadora, ofrecen mecanismos para realizar compras y recibir efectivo.
Finalmente estar o no bancarizado está dejando de ser una barrera, y ahora existen productos que permiten a las personas realizar inversiones de corto, mediano y largo plazo donde el dinero puede generar rendimientos por encima de la inflación y ayudar a cumplir importantes metas y objetivos planteados.
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